La organización interprofesional del algodón, Espalgodón, ha organizado en Sevilla una jornada de evaluación comparativa entre el Sistema de Producción Integrada (SPI) que se aplica en Andalucía y la Iniciativa Better Cotton (BCI), con el objetivo de seguir avanzando en la sostenibilidad y valoración del sector algodonero.
Actualmente, Andalucía cuenta con más de 46.200 hectáreas de algodón bajo el sistema de Producción Integrada. El sector lleva años trabajando para ser cada vez más sostenible: ha evolucionado en su forma de cultivar, en la gestión de un recurso escaso como el agua y, en general, en la optimización y reducción del uso de insumos. El objetivo es garantizar el futuro del algodón desde un punto de vista social y económico (ya que es un cultivo esencial y difícilmente sustituible en muchas de sus zonas productoras), pero también medioambiental.
El estándar BCI es el referente mundial en sostenibilidad del algodón. Como explica el presidente de Espalgodón, Dimas Rizzo, alcanzar ese sello es, cada vez más, una obligación para el sector: “Los mercados, desde hace algún tiempo, empiezan a demandar algodón que esté calificado como Better Cotton Iniciative, con la etiqueta BCI. Esto no es el hecho de querer tener un sello más o una etiqueta más que colgarle a una prenda. Es una obligación que tenemos, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el punto de vista también comercial, porque los mercados están demandando esta iniciativa”.
La BCI y la Producción Integrada coinciden en la búsqueda de un desarrollo sostenible de la actividad para garantizar su continuidad y en la aplicación de medidas biológicas, químicas, tecnológicas o de manejo para reducir al mínimo el uso de productos fitosanitarios.
En la jornada técnica celebrada en Sevilla, los miembros de la Iniciativa Better Cotton han destacado esos avances comunes, que se ponen de manifiesto en el estudio comparativo realizado por la consultora Price Waterhouse Coopers.
Dicho estudio señala cuáles son las principales “brechas” entre ambos sistemas y, por tanto, cuál es el camino que la Producción Integrada debe recorrer. Por una parte, se ha hablado de la necesidad de cumplir con los requisitos de trazabilidad de la cadena de custodia que propone BCI, mediante la puesta en marcha de un sistema que permita recopilar y gestionar toda la información sobre el origen del algodón.
Uno de los principales ejes sobre los que trabaja BCI tiene que ver con las condiciones laborales de los trabajadores, que varían mucho en las diferentes zonas productoras a nivel mundial. Better Cotton lo llama “trabajo decente” e incluye exigencias como la prohibición del trabajo infantil, la regulación de la carga de trabajo, la equidad en género y evitar discriminaciones de cualquier tipo, requisitos que la legislación española cumple sobradamente. En este sentido, la Producción Integrada sólo tiene que recoger expresamente en su regulación específica la normativa española en material laboral.
Por último, se ha abordado la necesidad de crear un plan de desarrollo continuo, como muestra de compromiso no solo con los nuevos estándares, sino también con unas prácticas que aseguren la actividad económica en un futuro a largo plazo.
Para ello es clave la colaboración entre el sector, la Administración y la propia BCI, estableciendo un canal de comunicación fluido. La Organización Interprofesional del Algodón, Espalgodón actúa como un eje vertebrador del sector en su conjunto, favoreciendo esa buena comunicación destinada a mejorar la competitividad del sector y aumentar su valor añadido.
La jornada ha contado con numerosos asistentes del sector algodonero, tanto productores como desmotadores, así como representantes de empresas auxiliares y firmas textiles tan destacadas como Inditex o El Corte Inglés.